Cuando nació el monete, quisimos usar como método de porteo una bandolera de anillas. Era muy cómodo y en cualquier momento, aún cuando salíamos con el carrito, si el pequeño lo requería, le trasladábamos al fular.
Mi experiencia ha sido muy satisfactoria. Volvería a usarla una y mil veces. Incluso en casa cuando necesitas poder moverte con cierta tranquilidad, le introduces en la bandolera y ¡tachan! recobras toda esa movilidad que la minicuna parece que nos ha robado.
Nuestro pequeño monete ha estado siempre muy cómodo en la bandolera y no habríamos dejado de usarla de no ser por el peso que está alcanzando.
Nos hemos situado cerca de los 8 kilos para sus 5 meses y la espalda se resiente un poco.
De forma puntual y para no más de una hora podríamos seguir usándola, pero lo cierto es que el buenpadre no es muy mañoso y al tener que mantener todo el peso sobre un hombro, mi espalda se resiente.
Hace un par de semanas decidí dejar que el buenpadre tomará la iniciativa y se decantase por la mochila que él prefiriese y así fue como se decantó por la que esta siendo nuestra inseparable compañera: Boba 3G
La comparamos con la Boba Air, Ergobaby Manduca.
Lo que más nos gustó fue que de todas era la más ligera a la par que consistente. Nos importaba bastante que fuera fácil de guardar y cómoda de poner, además de confortable para el monete. En un primer momento quisimos la Boba Air, pero al probarla supimos que no estaba hecha para nosotros, puesto que nuestro pequeño lleva un ritmo de crecimiento que en seguida hará que nos quede corta por lo incomodo de transportar a un bebé de bastantes kilos.
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